Hablar de Ibiza es hablar de pequeños bosques de pinos, aguas turquesas y calas de ensueño.
Ibiza es un paraíso si adoras el mar, como yo.
La visita a la isla pitiusa no te deja igual, vuelves enamorada de sus paisajes intactos, con playas vírgenes entre dunas y aguas cristalinas que no tienen que envidiar en nada al Caribe más tropical. Ya quiero volver.
No todo es fiesta y alcohol, que sí, que hay mucha marcha allí, la Pachá, Amnesia, el café Mambo, el Café del Mar… típicos para salir de copas y abarrotados, pero no todo es fiesta, también hay paisajes de acantilados rocosos y una rica gastronomía que te envuelven en una calidez que por un momento quedas hipnotizada, sobrecogida por esas puestas de sol anaranjadas que cada tarde te regalan.
Sin ninguna duda vamos a volver a Ibiza, para disfrutar de cada rincón oculto, que apenas te deja acceder, para descubrir otras calas que sólo con un buen calzado apto para travesías abruptas, te permitirá maravillarte de la espectacular naturaleza. Para disfrutar de los colores del Mediterráneo, para contagiarse de ese aire cosmopolita y bohemio que se respira.
Hay 50 y pico calas. ¿Cómo no verlas todas? imposible, necesito más viajes allí!!!! por eso hoy te contamos algunas de las más interesantes de ver, o las que nos dio tiempo, más bien, así como los momentos culinarios que acompañaron el día a día recorriendo esta singular isla.
Nos acercamos a Formentera, ¿ te vienes?
Formentera es otro paraíso, pero en miniatura. Es una pequeña y acogedora islita donde podrás disfrutar de bañarte entre dos aguas, en la playa de Ses Illetes. ¡Una pasada! Se puede recorrer en moto en un días perfectamente. Muy de moda entre los deportistas y adinerados. Siempre verán anclados sus barcos durante sus vacaciones. No me extraña, quién pudiera veranear allí dos o tres meses jajaja.
biza capital tiene dos playas, Talamanca y Ses Figueretes. Fue donde más disfruté porque el agua estaba calentita. El resto de los días estuvo bastante fría, imagino que por ser junio. Nos dimos un pequeño baño después de recorrer las callejuelas empinadas del Delt Vila de Ibiza, coronada por su castillo con preciosas vistas al puerto.
Los atardeceres en las islas son mágicos. Hay varias puestas de sol que no te puedes perder, como la de Sant Antoni, que disfrutamos desde el Hostal La Torre, que tiene un maravilloso restaurante que hay que reservar con mucha antelación, para no perderte su magnífica puesta de sol. Al fondo Sa Conillera (islote la Conejera). Saca la Visa Oro, nos cobraron 6€ por cada cerveza, claro que la ocasión lo merecía…
Desde la playa de Comte también disfrutamos de otra puesta de sol con el encanto de las siluetas de los barcos delante. Al fondo, el islote S´Espartar. Adorable. Con restaurante a pie de playa, super original, amenizando la tarde noche con músicos fusión hippy- jazz.
La reserva natural de Es Vedrá bien merece una excursión. Hicimos un sendero buscando el acantilado para hacer la mejor foto, la silueta de Es Vedrá (381 m) sobresaliendo del mar. Otra maravilla de la naturaleza.
Después de Es Vedrá el paisaje que más me cautivó fue Cala Salada y Saladeta. A pesar de ser playas más familiares y multitudinarias, el camino para ir de una a otra te deja unas vistas de la cala que te dejan embobada, el color del agua, la vegetación que le rodea…todo. SIN PALABRAS.
En Ibiza se come muy bien pero es caro, como casi todo allí. Lógico, tienen que traerlo todo de la península, y eso encarece los precios de cualquier cosa.
Aunque hay platos de carne, sobre todo cordero (el Sofrit pagés), siendo verano y con calor, hemos preferido ir probando diferentes manjares que las aguas nos ofrecen, y sin olvidar el plato más tradicional de la isla, Borrida de Rajada (con raya, patatas y huevos) el Guisat de peix, guisado de patatas con pescado y marisco es otro de los mejores. Los arroces también son bastante típicos, a banda, negros…como en casi todas las costas.
Disfrutamos varias veces de un pescado típico de la isla, la Sirvia a la plancha, o también denominado pez limón, un pescado azul muy sabroso y suave, recuerda un poco al bonito. En otros casos pedíamos una pequeña parrillada para probar diferentes pescados a la vez y nos encantó. Cualquier pescado junto al mar crea una sensación única de relajación y disfrute.
Los restaurantes siempre sirven un suave alioli y pan payés, como aperitivo, mientras llegan los platos principales, igual que en Portugal te ponen el paté de sardinas y el queso, verdad? Me encantan estos detalles. Si vas con prisa, descubrimos un rinconcito en Ibiza, llamado Chill Café, que te pone unas tostas riquísimas, con pan de cereales y alimentos 100% naturales. ¿A que os abre el apetito las fotos?
La ensalada payesa nos sorprendió bastante pues a los ingredientes típicos de la ensalada: patatas, tomates, pimientos, huevo duros, ajo y cebolla, le añaden trozos de pan duro (costrones) humedecido en el aliño de aceite, sal y el jugo de los tomates. No demasiado empapado. Probamos una en Formentera que incluía trocitos de bacalao seco, que le daba un saborcito muy bueno al conjunto.
Esta vez no probamos los dulces (los dejamos para la siguiente visita, otra excusa más), pero los más típicos son la greixonera de brossat (pudding de ensaimadas, queso y huevo), el flaó (una especie de tarta de queso de cabra, oveja y hierbabuena) y los orelletes (pastas imitando la forma de una oreja, a base de harina, huevos y licor de anís). Anotados quedan para probarlos.
¿Qué decir de la ropa ibicenca tan homenajeada en los veranos de costa?
La Moda Adlib (del latin ad libitum: “a placer”) debe su nombre a la princesa yugoslava Smilja Mihailovitch que inspirándose en la moda hippy defendió un estilo que proporcionaba sensación de libertad, con un lema: “Viste como quieras pero viste con gusto”. Así que de blanco todo el día!
Ibiza es famosa por sus mercadillos. Visitamos Las Dalias: ropa, artesanía, cerámica, libros, bisuteria etc con un aire hippy-chic que atrae miles de turistas cada año. Aunque dicen que ya no se ve tanto hippy en la isla, que las cosas están cambiando. Con bonita decoración, incluye varios espacios para tomar algo Es un lugar adorado para artistas, otro paraíso para pintores, artesanos y manitas de todo tipo muestran sus obras por muchos rincones de la isla…
Y me despido de vosotros recordando esa imagen imborrable del azul más intenso de nuestro maravilloso Mediterráneo. Esperadme, que volveré.
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