¿Qué entendemos por plato saludable? Para muchos puede ser una receta casera, de toda la vida, otros pensarán (negativamente) en un plato de dieta tipo ensalada de tomate y pescado a la plancha. Hay espacio para todo pero con proporción y sabor.
Si nos ajustamos a la ciencia y sus últimas investigaciones, se coincide en que para llevar una vida sana, se recomienda seguir una alimentación sana, y esta se basa en el plato saludable.
¿Sabes cuál es el plato saludable? Tal y como vemos en la imagen, parece un plato combinado, con distintos alimentos separados o finalmente entremezclados, algo típico de otras culturas. Pero no tiene porqué ir siempre separado, puede ir todo junto y podemos perfectamente adaptarlo a nuestra dieta mediterránea, más acostumbrada a guisos y potajes.
Un plato saludable tambien es la combinación de un gazpacho y un muslito de pollo asado acompañado de arroz. En nuestro país podemos comer con un primer y segundo plaro, un plato combinado o un guiso. Sigue siendo un plato saludable.
Una ensalada completa como plato único con canónigos, zanahoria, tomate, mozarella, cebolla, espárragos, frutos secos y hummus también es un plato saludable
Pero igualmente, otro plato saludable serían unas lentejas con verduras (champiñones, calabacin, judias verdes) y taquitos de jamón. Como veis, hay un montón de opciones posibles, no solo una.
Lo que quiero que entendáis es que para que un plato sea saludable, los nutrientes, los alimentos, debemos repartirlos en 3 partes: la mayor parte del plato (50%) debe ser verduras y hortalizas, 1/4 la proteina ( 1 huevo, pescado, carne, marisco, tofu etc) y otro 1/4 de hidratos (patata, arroz, pasta, pan…). Luego la forna en que lo presentéis es a vuestro gusto.
LO QUE IMPORTA SON LAS CANTIDADES Y CALIDAD DE CADA PARTE.
Si comemos macarrones con verduras, pues el plato debe tener más verduras (50%) que macarrones (25%) y algo de proteína (25%): gambas, jamón, pollo, atún….
En la mayoría de los casos, subimos de peso porque comemos más de la parte que necesitamos menos.
NOS OLVIDAMOS DE LAS PROPORCIONES.
A veces la clave es la cantidad de lo que comes. Por eso, sabiendo esto, una persona sana PUEDE COMER DE TODO siempre que elija bien el qué y la cantidad (la ración/porción).
Por supuesto, las cantidades y la frecuencia varían de una persona a otra. Este es un marco general. Se adaptan en función de su edad, actividad física que realice, patologías o enfernedades que sufra etc. Ya de eso nos encargamos nosotras (las dietistas/nutricionistas).
Y fruta siempre, o de postre, o a lo largo del dia, como te guste más.
Espero que os sirva para poner stencion a los ingredientes cuando cocináis, y así equilibrar vuestros platos cada vez mejor.
Besitos y cuidáos mucho
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